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Mostrando entradas de septiembre, 2020

EL BOSQUE DE LOS OJOS

EL BOSQUE DE LOS OJOS Llevo un rato andando y siento que alguien me espía. Algo quieren de mí. Me observan. Lo sé. Es como si tuviera cientos de ojos encima de mí, pero me vuelvo rápido y no veo a nadie. Solo troncos de árboles. Troncos enormes. No son muy gruesos, pero son muy altos. Altísimos. y arriba del todo tienen frondosas copas con tal densidad de vegetación que no dejan pasar ni un rayo de sol. Varios de esos troncos son ideales para calentarse, pienso. Al fin y al cabo, soy leñador y he derribado cientos de árboles como esos. De buena mano sé que son la mejor leña que hay por estos recónditos lugares. Pero ahora me invade un sentimiento de culpa. Pienso que alguien quiere que rinda cuentas por haber cortado tantos árboles. Por dejar desnudos tantos bosques, por haber acabado con tantas vidas. Pero sólo son árboles. ¿Por qué pensar eso ahora? Ahora que es tan tarde. De noche incluso. Casi no hay luz y empiezo a sentir miedo. Cada vez que me vuelvo, no veo nada ni a nadie, pero

VICENTE EN LA MANSIÓN

VICENTE EN LA MANSION   Vicente sale corriendo por la escalera de la mansión de los García. Después recorre el pasillo principal hacia una de las habitaciones, la habitación de Sofí, para ser más exactos. Vacía todos los armarios y cajones de la habitación, y casi con memoria fotográfica, vuelve a dejar todo en su lugar. Abre la pequeña caja fuerte de su cómoda y ve el dinero y sus joyas, pero no los coge; Lo vuelve a cerrar; No es eso lo que busca. Así que, después de deshacer su cama y hacerla de nuevo, va al cuarto de Eli, al de Carlos y al de Luis, y hace exactamente lo mismo.  Revolverlo todo buscando hasta el último rincón y volverlo a dejar todo como estaba. Como no lo encuentra, se va al dormitorio principal y hace lo mismo. Pero algo ocurre en este cuarto. La ira le corroe por dentro al ver la foto de su mujer con su amante y actual pareja. ¿El que le ha robado el amor de su vida? O tal vez no.  Tal vez hubo algo más. En este momento empieza a cambiar el orden que había manten

PLANETA TIERRA

—¡Respira! ¡Intenta respirar! ¡Respira, vamos! ¡Maldita sea! ¡No pares! ¡Esfuérzate más! ¡Si no te perderemos! ¡Tomás no pares! ¡Tomás! ¿Tomás? ¿Tomás? Maldita sea ¡Tomás! Le perdemos. Teniente, ¿me oye? Le perdemos… se está yendo. Ya no hay nada que hacer. Acabo de perder a mi último compañero. Al mejor de todos. La única compañía que me quedaba en este maldito lugar. Informo a la base y le doy las nuevas noticias. Este planeta nos está matando. Soy el único que queda de esta expedición. Ya son más de quince los que han sucumbido en este terrible planeta. Buscamos lugares habitables sin hallar respuesta alguna. Debemos encontrar los objetivos donde creemos que el aire no estará tan contaminado y las aguas estén libres de patógenos. Donde la vida se habrá paso, en vez de la muerte. Sólo uno de estos objetivos creemos que cumplirá las condiciones. Incluso puede que sea un paraíso, pues ya han pasado siglos desde la catástrofe que se desató en el planeta, y esperamos que se haya rege

PLANETA VERDE ESMERALDA

Entro en su cuarto y sólo veo puntos luminosos esparcidos en una oscuridad total y etérea. Brillan con una intensa luz, oscilando cada pocos segundos, de un lado para otro. Después su destello se hace más tenue, y vuelve a brillar con fuerza de forma intermitente de nuevo, como si fuese una misteriosa fuente de energía. Tardo en darme cuenta de que es un cielo estrellado. Un pequeño retazo del universo ha venido a parar de forma inexplicable a esta habitación, en el suelo de aquel familiar cuarto, donde hicimos tantos experimentos Dani y yo. Experimentos de todo tipo: extraños, atrevidos, retorcidos y todos ellos muy peligrosos. Siempre queriendo retar los límites de la realidad sin ver las consecuencias de aquellos actos. Ahora entiendo que pasó aquel día, aquel martes noche, cuando desapareció la familia de mi amigo Dani. Él quería ir allí. Aquel increíble lugar al que alguna vez fuimos. Por poco morimos en el intento por una confusión milimétrica de coordenadas. Le dije que esperara