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Mostrando entradas de diciembre, 2020

EL PEGO

Despierto en el pueblo que me vio nacer. He dormido en la cama donde dormía mi madre, con   el somier y el cabecero de hierro y latón, y el deforme colchón mullido con auténtica lana. Eso ya nunca lo podré disfrutar en ningún otro lugar. Sólo en éste pequeño pueblo de Zamora lleno de recuerdos esparcidos por cada rincón que a diario transito. Parece mentira que las cosas aquí hayan cambiado tanto y a la vez tan poco. Sigue el caño de la plaza arrojando su inagotable chorro de agua cristalina. Cuando era niño aquello me parecía como un hechizo mágico; a día de hoy me lo sigue pareciendo, pues en casi cuarenta años, no he visto que aquel chorro parase. El bar de Gloria sin embargo si ha cambiado, pasando por diferentes dueñas y cerrando después. Sin embargo han ido abriendo otros bares, pero nunca llegaron a ser más de tres. Estaba el moderno y estaba el antiguo, pero para los del pueblo siempre fue lo mismo, por que es tan pequeño que los bares eran una excusa para reunirse, socializar

LA LECTORA

Desde que la adoptaron sus padres, a los 6 años, no paró de leer libros de todo tipo. Antes, en el orfanato, apenas podía. Sin embargo, sus padres adoptivos rápidamente descubrieron que la lectura era su gran pasión y que su inteligencia era única. Tan sólo necesitaba un par de horas para leer un libro de gran tamaño. Leía uno tras otro y nunca se cansaba de leer. Además, leía libros de todas las temáticas y para todas las edades. Pero los libros que más le interesaban eran los de cultura general y las grandes enciclopedias. A la edad de diez años empezó a ir a bibliotecas para absorber toda la información de los libros más técnicos. Cuando cumplió veinte años ya había finalizado dos carreras y había leído todos los libros habidos y por haber, pero su voracidad de aprendizaje no había cesado, así que decidió viajar por el mundo. Despidiéndose de sus padres y seres queridos partió de su casa y comenzó su viaje por todo el mundo, donde podría ver con sus propios ojos todo sobre lo que ha

LABERINTO INFINITO

 Con destreza y coraje luchaba por luchar de allí. Cada pocos segundos las paredes se movían lentamente para formar una nuevo camino que no sabía a donde llevaba. El encanto de los laberintos que había visto de niño en cuentos y películas desaparecía ahora que estaba dentro, intentando escapar de uno de ellos. Llevaba todo el día en aquella maldita ratonera, a veces andando y otras veces corriendo, pero siempre pensando quien me había metido allí. Aquel lugar parecía infinito. Empecé a pensar que nada cambiaría corriendo de un lugar a otro y decidí cambiar la estrategia. Intenté escalar las paredes cuando se movían y llegaban a unirse varias a la vez. Pensé que haciendo palanca con las piernas entre dos paredes cercanas podría escalar. Así fue, pero terminé cayendo después. Desesperado me senté en el suelo, pero las paredes seguían moviéndose y no me dejaban estar un segundo descansando tranquilo. De pronto todo quedó a oscuras. Oí un ligero pitido y una voz. — ¡prueba terminada! Ha

AVE FÉNIX

  Cada mañana el ave fénix salía de su cuerpo de cuerpo y sobrevolaba la ciudad. Aquel tatuaje tenía vida propia. En la noche volvía hasta su compañera volando entre llamaradas de fuego. Segundos antes de posarse en su hombro, el ave fénix dejaba de arder en llamas y tornaba a su estado normal de tranquilidad. Después, empezaba a fusionarse con la piel de la mujer, que le ofrecía su cuerpo para descansar. La mujer se tatuó aquel pájaro en un remoto pueblo tailandés,   donde los animales tenían una profunda unión con los lugareños. Todos tenían un avatar que era un animal. Según ellos, el animal te elegía y aceptaba estar unido a ti el resto de su vida. Mediante un ritual se unían el animal y el humano para siempre. Durante años el ave fénix permaneció junto aquella joven mujer, hasta que un día el ave no volvió a su hombro. La mujer comprendió que la vida del pájaro había llegado a su fin. Pasados los años la mujer contrajo una grave y desconocida enfermedad. Durante varios días, estuv

EL BOSQUE DE LAS ÁNIMAS

Aquellos extraños niños caminaban lentamente atravesando los pueblos cercanos a Arganda del rey. Iban descalzos y vestidos de blanco. andaban solos a altas horas de la noche, pero nadie se atrevía a decirles nada por que parecían fantasmas. Tenían la mirada perdida y sus ojos brillaban intensamente. No hablaban con nadie. Ni siquiera entre ellos. Pero parecían tener claro hacia donde se dirigían. Conocían bien el camino. Cuando atravesaron el último pueblo me crucé con ellos y a escondidas les seguí de lejos. Después se metieron campo a través cruzando varias fincas de cultivo. Horas después entendí cual era su destino final: El Cerro de Coberteras. Este cerro siempre a atesorado un especial y misterioso encanto. Su acceso está prohibido y la gente sólo pasea por los alrededores del cerro. Sin embargo, el grupo de misteriosos niños cruzó la valla de seguridad y se adentraron en el interior del cerro, perdiéndose entre los árboles, la neblina y la oscuridad de la noche. Llegó un momento

EL CALDERO LA BRUJA Y EL GUERRERO.

       — Ocho dientes de ajo negro, cuatro ojos de dragón, unas escamas de serpiente, la pezuña de un caballo, los pelos de la pluma de un pavo real, algunos dientes de conejo el caparazón de una tortuga de al menos doscientos años; También algunos cuernos de toro, el veneno de una tarántula y las manos de un orangután…Este es el brebaje que te proporcionará la fuerza de un ejército entero. Si logras conseguir todos estos elementos y te bebes la poción, te convertirás en alguien invencible, créeme — le dijo la bruja de las cumbres nevadas. El guerrero no estaba seguro de que decisión tomar, pues nunca había tratado con una bruja y le pedía 300 monedas de oro. Tras pensarlo varios minutos le dijo:                 — Está bien, pero te pagaré la mitad de monedas ahora y la otra mitad cuando regrese y haya reunido todo lo que me pides para la poción. Volveré en quince días y espero verte aquí. De lo contrario haré que te maten. —Está bien guerrero, no me moveré de aquí. Ve tranquilo

EL INCATALOGABLE

 En el año 1998 aprobé la oposición bibliotecaria. Con el tiempo fui subiendo de puesto y ahora soy la encargada de una prestigiosa biblioteca. A menudo tengo que catalogar los libros y colocarlos posteriormente en el lugar adecuado. La catalogación es una de las áreas más importantes de una bibliotecaria puesto que te permite llevar un orden con precisión. Para que me entiendas, la catalogación  es el proceso de selección y descripción de los elementos informativos que permiten identificar un documento y establecer los puntos de acceso imprescindibles para su posterior recuperación. Debo reconocer que yo soy toda una experta en la materia. No hay libro que se me resista. Sin embargo, aquel día no era capaz de entender y catalogar el misterioso libro que tenía entre mis manos. Había misteriosos datos y símbolos que no encontraba en ningún registro. Aquel libro no parecía de este mundo. Cuando miré en su interior vi que el lenguaje en el que estaba escrito no lo reconocía el ordenador y

ÉXODO

La rebelión comenzó en el ágora de Slitus, una ciudad moderna que se ubicaba en la antigua Grecia. Desde tiempos inmemoriales este lugar fue el escenario de múltiples debates y decisiones políticas tomadas por el pueblo, donde se reunían a menudo. Hoy en día Slitus es una ciudad con una avanzada tecnología y un enorme control social. Todas las comunicaciones y reuniones están controladas por el gobierno; aquí y en todas las ciudades del mundo. Tras el año de la pandemia del dos mil veinte las libertades se recortaron hasta niveles nunca vistos antes y el avance de la tecnología era imparable. Hoy, en el año 2040, los movimientos subversivos parecían tan sólo una cosa del pasado. Sin embargo, se creó un movimiento secreto en contra del sistema mundial. Un grupo de personas anónimas que idearon una nueva forma de comunicarse sin que el sistema pudiese interferir en sus conversaciones. Se trataba de una señal de corta distancia que sólo se podía coger con un dispositivo diseñado por el pr

REGALOS DE NAVIDAD

 Tomando un té en un centro comercial me pregunté por que seguimos comprando regalos en navidad. Las personas una y otra vez se reafirman en la importancia de no cumplir con los cánones sociales que la sociedad nos impone. Actualmente ¿nos los impone la sociedad? o ¿somos nosotros mimos los que no podemos dejar de actuar de la misma manera ,una y otra vez, aliviando con nuestros regalos nuestro deseo de ser bondadosos con el prójimo? ¿Por que a veces no somos capaces de romper con nuestros propios cánones y decir no, cuando lo deseamos? Este tipo de preguntas me las hacía y una y otra vez, ya sea por la presión social, o la mía propia, pues estaba cansado de rendirme en muchas ocasiones y terminar haciendo cosas que no quería, sufriendo después el chantaje emocional al que te someten unos y otros. Decidí entonces lo siguiente. Ya no iría a comprar regalos de navidad. Fui al decatlon que estaba al lado y compré todo lo necesario para hacer un gran viaje: una buena tienda de campaña, un

UN HADA EN MI ARMARIO

 Aquella melodía era celestial. Venía del interior de un armario y la había oído en mi cabeza durante toda la mañana, pero nunca creí que fuese real y menos que estuviese dentro del armario de mi casa. Había estado estudiando toda la tarde y ahora no me la podía quitar de la cabeza. Había subido las escaleras de la casa hasta el segundo piso y ahora estaba en mi cuarto donde se encontraba el armario con la puerta entreabierta. La melodía la oía ahora ligeramente más alta. Me acerqué temeroso al armario, movido por la curiosidad y el misterio. Lentamente abrí la puerta un poco más. Empecé a ver una luz violeta que asomaba entre la ropa arremolinada de mi armario. Se encontraba al fondo, bajo la montaña de pantalones, camisetas y t apilados y hechos una bola. Los fui retirando muy poco a poco y con mano temblorosa. Al fondo se encontraba aquella extraña cosa violeta. Era como una pequeña libélula luminosa la que creaba estas increíbles melodías. La intenté coger pero rápidamente se escab