La rebelión comenzó en el ágora de Slitus, una ciudad moderna que se ubicaba en la antigua Grecia. Desde tiempos inmemoriales este lugar fue el escenario de múltiples debates y decisiones políticas tomadas por el pueblo, donde se reunían a menudo. Hoy en día Slitus es una ciudad con una avanzada tecnología y un enorme control social. Todas las comunicaciones y reuniones están controladas por el gobierno; aquí y en todas las ciudades del mundo. Tras el año de la pandemia del dos mil veinte las libertades se recortaron hasta niveles nunca vistos antes y el avance de la tecnología era imparable. Hoy, en el año 2040, los movimientos subversivos parecían tan sólo una cosa del pasado. Sin embargo, se creó un movimiento secreto en contra del sistema mundial. Un grupo de personas anónimas que idearon una nueva forma de comunicarse sin que el sistema pudiese interferir en sus conversaciones. Se trataba de una señal de corta distancia que sólo se podía coger con un dispositivo diseñado por el precursor del nuevo paradigma y creador del grupo subversivo. Se hacía llamar “z” y era un genio. Desde muy joven trabajo en los grandes proyectos tecnológicos para el gobierno. Poco a poco empezó a pensar como rebelarse contra aquel enfermizo sistema que ahora gobernaba el mundo de manera global. Todo estaba controlado, perseguido, contaminado y corrompido. Se había llegado al momento en el que unos pocos gobiernan a todos sin miedo a que nadie se rebele. El férreo control lo impedía de forma contundente. Por eso “z” sabía que el primer paso era volver unir a las personas en la idea de rebelión organizada, e inventó Etrum. Un microscópico chip que te lo insertabas en la muñeca y contacto con otro dispositivo cercano permitía la comunicación mental. Estos chips se distribuyeron a un número reducido de personas con las que “z” había trabajado. Gente muy inteligente y preparados en el campo tecnológico. Al principio les engañaba diciéndoles que era un chip para mejorar sus cualidades físicas y vitales. Luego les abordaba incitándoles a trazar un plan para liberarse de la situación de esclavitud. Después de los ingenieros fueron reclutados filósofos, profesores, estudiantes … Todos ellos debatieron sobre qué hacer. Llegaron a la conclusión que no sería posible cambiar ni vencer al sistema. Así que comenzaron a construir a Asira. Un proyecto que consistía en escapar del planeta tierra y comenzar en otro lugar. Durante varios meses trabajaron en el proyecto a espaldas de las autoridades y crearon varias cápsulas voladoras y una nave central. Sólo podrían escapar los componentes del grupo. Los únicos que serían libres. Que empezarían una nueva vida. El año 2043 La nave de liberación grupo 65 partió veloz y el gobierno fue incapaz de interceptarla debido a su gran tecnología. Llegaron hasta los túneles del tiempo espaciales. En ellos varios años se convirtieron en segundos, expulsando la nave a un nuevo universo repleto de planetas en los que poder empezar un nuevo comienzo. Muchos años más tarde, cuando fueron prósperos y tecnológicamente avanzados se propusieron una nueva misión: Liberar la tierra.
Entro en su cuarto y sólo veo puntos luminosos esparcidos en una oscuridad total y etérea. Brillan con una intensa luz, oscilando cada pocos segundos, de un lado para otro. Después su destello se hace más tenue, y vuelve a brillar con fuerza de forma intermitente de nuevo, como si fuese una misteriosa fuente de energía. Tardo en darme cuenta de que es un cielo estrellado. Un pequeño retazo del universo ha venido a parar de forma inexplicable a esta habitación, en el suelo de aquel familiar cuarto, donde hicimos tantos experimentos Dani y yo. Experimentos de todo tipo: extraños, atrevidos, retorcidos y todos ellos muy peligrosos. Siempre queriendo retar los límites de la realidad sin ver las consecuencias de aquellos actos. Ahora entiendo que pasó aquel día, aquel martes noche, cuando desapareció la familia de mi amigo Dani. Él quería ir allí. Aquel increíble lugar al que alguna vez fuimos. Por poco morimos en el intento por una confusión milimétrica de coordenadas. Le dije que esperara
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