Llevaba semanas andando por un interminable sendero de álamos. Al final del sendero esperaba encontrarme con una casa abandonada, propiedad de mis antepasados. Cuando vi que llegaba al final, los árboles desaparecieron y no vi rastro de casa alguna. Pero al pasar los dos últimos árboles, aparecí de pronto dentro del enorme salón de una imponente casa. Tenía una decoración victoriana y estaba repleta de fotos antiguas y enormes cuadros con retratos de mi familia. Los grandes ventanales se elevaban desde el suelo hasta el techo, y estaban vestidos con cortinas de seda. Un portón al fondo tallado en madera de roble, daba acceso a otra sala que parecía i. Abrí el gran portón y me topé con una preciosa escalera de caracol elaborada con madera de ébano. Bajé lentamente y empecé a oí unas voces conocidas. Cuando llegué al piso de abajo, me encontré con un enorme comedor y una preciosa y alargada mesa puesta, repleta de comensales. Allí estaba esperándome toda mi familia. Hasta treinta generaciones de antepasados juntos. Con gran asombro me presenté y fui saludando uno por uno. Después, el más anciano de todos dijo:
-Nos alegra que hayas aceptado nuestra invitación. ahora ya sabes nuestro secreto... somos magos y no podemos morir. Somos inmortales. Así que, disfruta del banquete y quítate ese reloj de la muñeca. Desde a partir de ahora para ti no existe el tiempo.
Reímos, comemos y bebemos contando un montón de anécdotas divertidas. Finalmente me quedo dormido después de comer cinco tartas dulces diferentes; al fin y al cabo, no puedo morir, así que, ya no me preocupa tanto mi salud. Disfruto como nunca de un placentero sueño y entre ronquido y ronquido tengo varios sueños, disfrutando mi nueva condición de inmortal. Pero de pronto despierto en medio de un sendero de tierra, con dos árboles a los lados y los restos de una casa de madera medio derruida. Tengo la sensación de que todo me da vueltas y el sol impacta de lleno en mi cabeza. Me pesa y me duele a la vez. Miro la vieja casa medio atontado y pienso...
-Vaya, creo que he bebido demasiado vino...y que he dejado de ser inmortal.
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